No me hables de mares,
no me interesa,
háblame de la encina
y las dehesas.
No me lleves al monte
de cacería,
llévame a la dehesa
de romería.
¿Te acuerdas del vestido
que me compraste?
aun lo tengo guardado
para no olvidarte.
Me dijiste bajito
¿vamos al monte?
yo te dije cariño
no me conoces.
Vamos a ir despacito
no te aceleres,
que el camino es largo
y nos ven las gentes.
Aun conservo el vestido
que me compraste,
se engancho entre las jaras
en mitad del baile.
Te deje plantado
en la romería,
sin darme cuenta,
que ya te quería.
Me río de los mares,
de las encinas y las dehesas,
si tu estás conmigo,
el paraíso será la Tierra.
Isabel Álvarez Carrasco